Nada mejor que un estimulante masaje “hot”, de los que saben dar las chicas de Masajes Argentina. Y que puede ser en tu casa, con tu pareja. Porque siguiendo algunas sencillas especificaciones, podrás disfrutarlo sin inconvenientes.
Hay siete beneficios que aportan estos masajes. Y no son los únicos:
Suben la temperatura corporal, preparándonos para la actividad sexual.
Disminuyen los dolores corporales.
Relajan los músculos y ahuyentan el estrés.
Incrementan el deseo sexual en los miembros de la pareja.
Estimulan las zonas erógenas, previo a la relación sexual.
Rompen la rutina.
Mejoran la irrigación sanguínea en las zonas masajeadas.
Lo importante es tener constancia y estar dispuesto a aprender. También, por supuesto, saber que cuanto más se practique, mejores masajes daremos. Se puede comenzar de forma sencilla, de manera divertida y sin mucha sofisticación, para luego ir incorporando técnicas más avanzadas. Nunca está de más perfeccionarse en estas artes y técnicas que le agregan excitación a nuestras relaciones de pareja. Aunque no llegues a la maestría de las profesionales de los Masajes en Argentina, vas a divertirte y gozar.
Cómo hacer todo bien
Según dijimos, hay unos tips que no pueden soslayarse para tener una experiencia gratificante. Y que cada vez lo sea más.
#Preparar el ambiente: Es fundamental crear un entorno sereno y sensual, que predisponga bien, con luces tenues y música relajante. Hay que controlar la temperatura. Sugerimos que se establezca en 25 grados.
#Conocer todos los puntos erógenos de la pareja, y los propios mejor aún. Eso debe ser el producto de una larga exploración. Porque como bien dicen los sexólogos, somos grandes órganos sexuales caminando. Es que tenemos ramificaciones nerviosas que van de la punta de la cabeza hasta la punta de los pies. Por eso, que cada uno se explore para descubrir sus puntos de placer.
#Utilizar aceites aromáticos; para que tus manos y las de tu pareja se deslicen fácilmente sobre el cuerpo del otro, evitando irritaciones por fricción. Pueden ser aceites vegetales puros y neutros, o aceites para masajes específicamente formulados, con gratos perfumes.
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#Pídele a tu pareja que se desnude y se acueste boca abajo. Con un poco de aceite en tus manos, frótalas para que tome cierta temperatura. Empieza las caricias masajeadores con movimientos largos de arriba hacia abajo, desde la cintura y hasta los hombros. De vez en cuando frota su cuello suavemente. Una vez que cubriste toda la espalda, sigue desde los glúteos a las piernas, llegando a los pies. Por puesto, puede comenzarse en sentido inverso.
#No hay por qué limitarse a usar las manos; lo básico se hace manualmente, claro. Pero luego se pueden utilizar los labios, la lengua e incluso la punta de la nariz o los pies. Y por qué no, probar con objetos de distintas texturas. Por ejemplo, pétalos de flores, plumas, telas suaves o incluso con cierta rugosidad. Sirve cualquier objeto (sin excluir juguetes sexuales) que puedan brindar un roce excitante.
#Ir aumentando la intensidad; una vez que domines la técnica básica de los roces (con tus manos, con otras partes del cuerpo y con objetos), es bueno ir cambiando. Por ejemplo, con otros procedimientos, tales como las fricciones que se hacen con los dedos, realizando movimientos semicirculares sobre la piel.
O los “amasamientos”, que es más intenso, porque implica ejecutar movimientos de torsión sobre el músculo. También están las “percusiones”, suaves golpecitos que estimulan las terminaciones nerviosas.
Es decir, que estamos ante un apasionante camino exploratorio, que vale la pena recorrer con la pareja que se prefiera.